El Gobierno investiga el uso del agua en las centrales hidroeléctricas para evitar abusos


Santiago Carcar, El País

Las compañías eléctricas aumentaron la producción de origen hidráulico un 47% en 2001

En el Gobierno ha saltado la alarma por cómo se gestiona el agua por las eléctricas, que en 2001 aumentaron la producción hidroeléctrica un 47,35% (14% en 2000). Y es que 2001 fue un buen año hidráulico. Llovió y los pantanos se llenaron. En enero de 2001, los embalses que utilizan las eléctricas para producir energía contenían 14.555 hectómetros cúbicos de agua y estaban llenos en un 83,7%, según datos oficiales. Hoy, un año después, en un contexto de sequía y apagones, los mismos embalses contienen 9.019 hectómetros cúbicos y están al 51% de su capacidad.

Fuentes de la Administración han reconocido que el uso del agua por parte de las eléctricas es un motivo de preocupación para el Gobierno y admiten, sin más concreciones, que se ha barajado la posibilidad de tomar medidas para asegurar un uso racional de ese bien escaso. 'La electricidad no se puede almacenar', asegura una fuente oficial conocedora del problema, 'pero el agua sí, y ello podría aliviar la situación en caso de escasez de suministro'.

En el sector eléctrico, en la secretaría de Estado de Economía y en la Comisión Nacional de la Energía (CNE) se manejan los datos de reservas hidráulicas y de producción hidroeléctrica de 2001 con cautela. Todas las partes consultadas -a excepción de la Secretaría de Estado, que declinó hacer comentarios- califican el tema de 'delicado'.

Pero los datos están en las publicaciones oficiales de Medio Ambiente, de Red Eléctrica y de la patronal Unesa. Y muestran que la energía hidroeléctrica, la más rentable para las empresas porque utiliza un bien de coste cero (el agua) en instalaciones ya amortizadas (las centrales hidroléctricas) se pusieron a funcionar de forma disparada en los dos últimos años, alentadas por crecimientos de la demanda del 6% anual.

Como el maná

En 2000 se produjeron con agua 27.770 gigawatios/hora, un 14% más que en 1999 y en 2001, 39.032 gigawatios/hora, un 47% más que en 2000. El agua, como el maná, caía del cielo y se transformaba en ingresos apetecibles.

El uso intensivo del agua no paró ni siquiera durante el verano. Examinados los datos de producción semana a semana (ver gráfico) entre los meses de junio a septiembre de 2001 se observa que en 10 de las 17 semanas examinadas, la producción creció en porcentajes que oscilan entre un modesto 0,3% (semana del 7 de agosto de 2001, 429 gigawatios/hora) hasta un 33,8% en la semana del día 28 del mismo mes (474,1 gigawatios/hora). Sólo al llegar septiembre disminuyó ligeramente la producción.

Entre el 8 de mayo de 2001 y el 2 de octubre del mismo año, las reservas hidráulicas cayeron un 25%, de 15.210 hectómetros cúbicos a 11.549 hectómetros cúbicos.

Ahora, las cañas se han vuelto lanzas: la producción hidroeléctrica acumulada en enero de este año se sitúa en 1.312 gigawatios/hora, un 75,5% por debajo de la marca registrada en el mismo periodo del año anterior. Las eléctricas y la patronal del sector Unesa, inmersas en la polémica de los apagones, admiten que están al tanto de las preocupaciones del Gobierno, pero declinan hacer valoraciones. El uso racional del agua y los supuestos excesos que preocupan a la Administración, afecta a todas las compañías. Aunque no en el mismo grado.

De las cuatro grandes empresas que forman el sector, Endesa, Iberdrola, Unión Fenosa e Hidrocantábrico, la más directamente afectada por las preocupaciones oficiales acerca del agua es Iberdrola, que tiene una capacidad de producción hidroeléctrica de 8.368 megawatios frente a los 5.502 de Endesa, los 1.680 de Unión Fenosa y los 427 de Hidrocantábrico.

La compañía que preside Íñigo Oriol gestiona embalses, especialmente en la cuenca del Duero que, en conjunto, suponen un 59,7% de la capacidad de almacenamiento total del sistema.

Quizá por ello, Iberdrola se siente especialmente afectada por la polémica que puede llegar a estallar. 'Nosotros [Iberdrola] hemos hecho un uso racional y eficaz del agua, y hemos actuado siempre de acuerdo con las directrices que marca la Compañía Operadora del Mercado de la Electricidad (Omel)', afirma el portavoz de la compañía.

En medio de la polémica un dato más: las albufeiras portuguesas de Miranda y Pocinho, que regulan el cauce del Duero, informa Javier García, estaban en mayo de 2001 al 89% y el 86% de su capacidad respectivamente. Cuatro meses después, pasado un verano sin lluvias, estaban al límite de su capacidad (92% y 94% respectivamente). El agua llegaba de España.


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