La 'batalla del Ebro' crea escuela


El Periódico, 11/02/2002

M. Conesa, S. Berbís

Un estudio de la Fundació Jaume Bofill concluye que la revuelta contra el PHN ha iniciado un nuevo tipo de acción colectiva en Catalunya. La marginación del territorio explica el alcance de la protesta popular.

Cuatro comarcas con una población global de apenas 160.000 personas han engendrado el movimiento social más importante que ha vivido Catalunya en las últimas décadas y que ya empieza a tener imitadores. El PHN (Plan Hidrológico Nacional) fue su detonante. Pero la protesta estaba latente en las comarcas del Ebro desde los años 70, según revela un estudio que está a punto de publicarse y que ha financiado la Fundació Jaume Bofill. El movimiento social contra el PHN y el trasvase del Ebro analiza los orígenes de la movilización y su futuro. El coordinador del estudio, el catedrático de sociología Josep Pont, opina que la marginación social y económica de esa parte del territorio explica la envergadura y constancia de la revuelta popular. Organización del poder "En las cuatro comarcas de las Terres de l'Ebre hay unas pocas familias que, desde hace décadas, acaparan el poder económico y político y actúan de una forma caciquil. Además --añade-- , su objetivo es Madrid antes que Catalunya. Dirigen sus inversiones a intereses poco vinculados a la tierra, que es lo que interesa a la mayoría de la población". El malestar está latente en un territorio mayoritariamente dedicado a la agricultura (el 14,4% de la población, mientras que la media de Catalunya es del 3,2%) y con un PIB y una renta per cápita por debajo de la media catalana. Las comunidades de regantes de las márgenes derecha e izquierda del río son una buena muestra, según este catedrático de Sociología, de unas estructuras sociales anquilosadas: "Para renovar las juntas de las comunidades son suficientes 600 votos. Se tienen más o menos votos en función de la propiedad de la tierra. Basta montar una cena con una veintena de amigos para decidir la junta de la comunidad". Otro factor que, según los autores del estudio, ha incidido en el vigor de las movilizaciones es "la actitud poco consensuadora del poder político con los agentes sociales de la zona para estudiar alternativas más sostenibles", apunta Pont. Para el coordinador del estudio, las más de 300 entidades que participan en las movilizaciones contra el PHN han logrado "un nuevo tipo de movimiento inspirado en la ecología, pero que va más alla. Tiene reivindicaciones políticas --subraya-- , como el deseo de dejar de ser catalanes de segunda clase". En cuanto a los líderes de esta revuelta social, Pont prefiere referirse a ellos como a una élite. "Es cierto que hay portavoces, pero no son líderes al modo tradicional. Un líder no se hace a sí mismo --explica-- , se fabrica. Por contra, los portavoces de esta movilización se han ganado el carisma a golpe de trabajar por lo que defienden". Discípulos en Les Gavarres Pont, experto en movimientos sociales, no se atreve a vaticinar un único futuro para estas protestas, una vez se despeje la incógnita del PHN: "Pueden institucionalizarse al modo de los partidos clásicos, o bien seguir siendo un grupo de presión social". Sea cual sea su futuro, los del Ebro ya han conseguido una meta: "Son un modelo organizativo a seguir por otros movimientos que también defienden intereses relacionados con la ecología y el territorio. Y ya hay un ejemplo de este logro --concluye Pont--: La movilización social que se logró en el conflicto de la línea de alta tensión de Les Gavarres".


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