Más de 600 regantes inscriben sus pozos obligados por el Plan Hidrológico Nacional .


JUAN CARLOS HERNÁNDEZ • MURCIA

El reclamo de las aguas del Ebro ha permitido inscribir en los últimos tres meses más de 600 aprovechamientos privados de aguas subterráneas que no constaban en los registros de la Confederación Hidrográfica del Segura. Cada uno de esos aprovechamientos suman entre tres y diez pozos. La ley de Plan Hidrológico daba a sus propietarios un ultimátum para notificar sus derechos al organismo de cuenca antes del 26 de octubre. De lo contrario se arriesgaban a ver clausurados sus pozos si se declaraba como sobreexplotado el acuífero del que dependen.

El presidente de la Confederación se mostró ayer satisfecho del número de pozos privados que se han registrado con motivo de la entrada en vigor de la ley de Plan Hidrológico. Se trata de pozos que se perforaron en los años sesenta y que no están amparados por una concesión de riego.

Dicha norma daba un plazo de tres meses desde su aprobación para que estos aprovechamientos fueran notificados ante los organismos de cuenca si sus propietarios deseaban formar parte de los beneficiarios del futuro trasvase Ebro-Júcar-Segura.

El aluvión de solicitudes fue inmediato. La Comisaría de Aguas ha tramitado ya más de 600 aprovechamientos y todavía prosigue el goteo de las peticiones que se presentaron a última hora en las oficinas de los ayuntamientos.

A partir de ahora, los pozos privados que no figuren en los registros de la Confederación carecerán de protección administrativa. Esto es, podrán ser clausurados sin compensación si el acuífero del que dependen es declarado como sobreexplotado por el Ministerio de Medio Ambiente. La próxima Junta de Gobierno de la Confederación tiene previsto debatir sobre este aspecto. Dicho organismo ya ha efectuado la declaración provisional de sobreexplotación para los acuíferos de Ascoy-Sopalmo, Valle del Guadalentín, Jumilla-Villena y Cresta del Gallo. Con sus aguas se irrigan todos los años una media de 60.000 hectáreas.

Cuando el ministerio efectúe la declaración definitiva se procederá a cerrar pozos en el momento en que empiecen a llegar los caudales del trasvase del Ebro. Quienes hayan inscritos sus aprovechamientos podrán optar al reparto de esas aguas.

Los acuíferos de Ascoy-Sopalmo y del Valle del Guadalentín son los que se encuentran en peor situación y cuyo horizonte de existencia no va más allá de los diez años.

Los pozos del Valle del Guadalentín extraen una media de 55 hectómetros anuales. El acuífero de Ascoy-Sopalmo ofrece 33 hectómetros al año. El acuífero de Jumilla-Villena, por su parte, tiene ya agotados los pozos situados en la parte alicantina. Las comunidades de riego que se abastecer de estas bolsas de aguas subterráneas tendrán prioridad en el reparto de los caudales del futuro trasvase del Ebro.


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