El mundo está más lejos que el PHN

La Vanguardia, 19/3/2002

Artur Gaya, periodista i músic

Me parecen perfectas las declaraciones del conseller Artur Mas, calificando de éxito la gran manifestación antiglobalización que el pasado sábado reunió en Barcelona a 300.000 personas en reivindicación de una política europea que probablemente no suscribiría el PP ni su aliado catalán, CiU. Me parece también perfecto que el señor Mas considere que ni los incidentes posteriores empañaron el éxito de esta manifestación. Son declaraciones que ponen de manifiesto un talante de tolerancia y un brillante ejercicio de sensibilidad ante la expresión popular de las movilizaciones de la sociedad civil.

Cabe añadir que, en este caso, ni el conseller ni el presidente de la Generalitat han devaluado las razones de la protesta ni han minimizado las cifras de asistencia, aplicando la célebre fórmula matemática: "Hay que dividir por cuatro o por cinco el número de manifestantes facilitado por la organización". Algo ha cambiado en el Gobierno catalán en sólo seis días. Algo ha cambiado porque su respuesta no fue la misma ante la manifestación que el día 10 reunió a 400.000 personas contra el Plan Hidrológico Nacional (PHN), enmarcada en el mismo espíritu antiglobalizador y contra la Europa del capital. Una manifestación que, para más detalles, no tuvo incidentes y transcurrió como un auténtico pasacalle cívico y festivo.

Pero está claro que la oposición al PHN es para el Gobierno catalán un asunto mucho más doloroso que la oposición a la globalización, porque esto está ahí y lo otro queda en el mundo. Y el mundo está muy lejos para CiU y para el PP. En los últimos meses se han dado ya demasiados ejemplos que confirman el cada vez mayor divorcio entre los intereses de la política y la sociedad civil. Tantos, que las declaraciones de nuestros gobernantes empiezan a sonarnos ya a historias de otro lugar: un lugar muy distanciado de nuestra realidad. Lo mejor de todo es que ya suenan a broma. Aunque a veces sea de mal gusto.